Egresado convierte música en pósters

Federico Sánchez trabaja con figuras internacionales


Por Emilio Gola

Convertir imágenes en música es posible, ¿pero qué tal música en imágenes? Egresado de la carrera de Diseño Gráfico, Federico Ariel Sánchez parece haber encontrado una solución y también una vuelta de tuerca a este concepto. Su obra no solo se basa en pasar canciones y álbumes en pósters, sino en darles un toque de película o serie. Y gracias a eso, la palabra de reconocidos artistas no se hicieron esperar.

Da Vinci - ¿Cómo llegaste al mundo de los pósters?

Federico Sánchez -
Mi espacio en el diseño está íntimamente ligado con la música desde siempre. Miro videoclips de la misma manera que cualquiera hace binge watching con series. Creo que la idea de crear pósters salió de ahí, de ver esos videos y pensarlos como cortos de cine a la hora de diseñar. Casi sin buscarlo pude conectar con músicos, disqueras y productoras audiovisuales al mismo tiempo, y hacer crecer todo mi trabajo.

DV - ¿Cómo pensaste en transformar álbumes y canciones en imágenes?

FS - Tengo una conexión inmensa con la música desde los 12 años, cuando empecé a descubrir mis géneros favoritos. Pero esa conexión no vino acompañada de ningún talento musical como puede ser tocar algún instrumento, cantar o escribir. Sentí la necesidad de canalizar todo ese amor en el universo gráfico. Durante varios años no fue más que eso; ni se me cruzaba por la cabeza que podía haber un futuro laboral ahí. Incluso, cuando los músicos empezaron a pedirme presupuestos para sus portadas, yo los rechacé porque no entendía que le dieran ese valor a lo que hacía.

Escuchar música hoy día es parte de mi trabajo, especialmente para descubrir nuevos artistas. Dedico mucho tiempo a perderme por YouTube y buscar artistas nuevos de cualquier país que canten en cualquier idioma para seguir inspirándome, no solo ya desde la música sino también desde lo visual. Cada país tiene una cultura muy diferente en términos de videoclips: el tipo de planos, la iluminación, los espacios, el color... Y también hay una tendencia a cierto estilo de diseño en sus portadas y flyers. Me encanta poder nutrirme de todo eso.

 

 

DV - ¿Tenés alguna fórmula o encarás cada póster de manera distinta?

FS - Depende principalmente de la libertad creativa que tenga en el proyecto. Cuando la tengo y el cliente no está buscando algo en específico (o al menos no sabe qué busca sin ver algo previo), sí tengo una fórmula general para el inicio a la hora de elegir las imágenes con las que trabajar. Pero cuando empiezo a editar soy experimental y prefiero abordar los diseños sin estar demasiado atado a las ideas.

Una vez que abro Photoshop, el 70% de las veces no tengo idea de qué va a salir. Y el resto de las veces tengo idea, pero cambia completamente en la marcha porque descubro algo que me gusta mucho más. En muy pocas ocasiones logro plasmar algo tal cual lo había imaginado. Soy bastante autocrítico y sigo trabajando para tener más autocontrol.

DV - ¿Cuáles son tus herramientas?

FS -
 Mi PC y una notebook DELL que fue regalo de un músico con el que trabajé y que atesoro muchísimo. Después estoy tratando de amigarme con mi tableta gráfica. En cuanto a programas de diseño, principalmente Photoshop, After Effects e Illustrator.

DV - ¿Qué llevás a tu trabajo de lo aprendido en Da Vinci? ¿Y qué cambiaste o potenciaste con el tiempo?

FS -
 Entré a Da Vinci con trabajo. Ya tenía clientes grandes incluso. Pero era totalmente consciente de las limitaciones que tenía por la falta de formación profesional. Me anoté en la carrera con la intención de crear esa base sólida que me necesitaba si quería crecer en ese mundo. Los resultados superaron todas mis expectativas.

En 2021 tuve uno de los proyectos más grandes de toda mi carrera: diseñé posters de película para un concierto que se editó para cine (Magnificent Coloring World), así como toda la extensión de ese sistema gráfico. En el medio de toda esa promoción, el equipo del artista me pidió diseñar un emoji personalizado para Twitter, que también se iba a usar en el lanzamiento de la película junto a un hashtag. Y lo pude hacer porque, un par de semanas atrás, había terminado el primer cuatrimestre en Da Vinci. Eso me dio las herramientas para encararlo. En ese cuatrimestre estaba Morfología, donde aprendías a tomar una forma compleja y reducirla a su expresión más básica; e Ilustración Digital, donde aprendí no sólo Illustrator, sino también a hacer ilustraciones realistas en 3D con el mismo programa. Con ese conocimiento pude tomar la figura que querían convertir en emoji, simplificarla -para que funcionara a la escala diminuta en la que operaban- y vectorizarla exitosamente. Antes trabajaba sólo con Photoshop y lo más básico de After Effects.

Quizá el cambio a mayor escala fue el de aprender el marco teórico del diseño. Eso desarrolla un ojo que, en lugar de decir “no se por qué pero no me gusta”, puede analizar de una forma más concientemente y encarar los problemas de mejor manera. Eso solo se magnifica al avanzar en la carrera.

Lo que más me gusta de Da Vinci es cómo incentiva a que cada estudiante tenga su propia identidad como diseñador. Antes de anotarme tenía cierto miedo a encontrarme con un molde al que me costara adaptarme, pero resultó ser lo contrario. Cada alumno llega con un “algo” que termina inclinando hacia un área. Y aun si no lo tiene, lo descubre en el camino. A medida que te movés en la carrera te dan todas las herramientas para que de ese algo crezca tu mejor versión de diseñador gráfico.

 

 

DV - En tu Instagram se ven trabajos para distintas figuras de la música. ¿Cómo llegó el contacto para hacerlos?

FS -
Casi siempre llega por lo que subo en mis redes. Puede venir de una discográfica, de productoras de videos y films, y también de los propios artistas. Es una comunidad donde se trabaja muchísimo por recomendación boca a boca, así que una vez que un trabajo sale bien hay altas chances de que desencadene nuevos proyectos.

Tengo una lista muy larga de músicos con los que me llena de honor haber podido trabajar. El primero que me dio una oportunidad fue Maxwell. Con él trabajé diseñando portadas y contenido para redes sociales por casi cuatro años. En 2020 edité para él y Jeffrey Wright un video donde celebridades neoyorkinas hacían una campaña para los negocios locales que eran afectados por restricciones de la cuarentena estricta al principio de la pandemia.

Con Chance The Rapper trabajé en dos de sus proyectos: Chi-Town Christmas, que se emitió en pandemia, y Magnificent Coloring World, que salió en cines en EEUU y el Reino Unido.

A través de Universal Music trabajé diseñando para el concierto de Machine Gun Kelly que se emitió en cines, Mainstream Sellout Live, y también para su film de 2021, Downfalls High. Luego hubo documentales de Nelly y Ne-Yo, y proyectos de lanzamientos especiales de Bob Marley y Marvin Gaye. Con otras disqueras trabajé para Sofia Carson, Troye Sivan, Kacey Musgraves y Masego.

A través de directores, he diseñado en varios proyectos de Khalid, Lucky Daye, Joey Bad4$$, J.I.D, Wiz Khalifa y Rae Sremmurd. Para los últimos también diseñé pósters que se usaron en el set design de su parte en una publicidad del juego Call Of Duty. DADJU y Dino D’Santiago son músicos gigantes de Francia y Portugal, respectivamente, y es un honor enorme haber podido trabajar con ellos.

El proyecto más reciente fue un trabajo de edición y retoque para una sesión de fotos de Khalid promocionando la película Barbie, donde él participa en el soundtrack.

DV - ¿Y en Argentina?

FS -
 2023 fue el primer año en que conseguí trabajar con nuestros músicos. Realicé la portada y póster para el nuevo single de Trueno con Cypress Hill. También terminé un proyecto con la productora de videos Anestesia, que me encargó pósters para varios de sus videos con Duki, Emilia, María Becerra y Tiago PZK, entre otros. Son proyectos que me hacen muy feliz. Espero me lleven a trabajar con más artistas argentinos.

DV - Cantantes como Bruno Mars y The Weeknd han compartido tus obras...

FS -
Sí, además mis diseños fueron compartidos y hasta comentados por Mariah Carey, Usher y Lil Nas X. Es una locura. Poder trabajar con cualquiera de ellos en el futuro sería un sueño.

 

 

DV - ¿Qué estrategia tenés para la promoción de tus obras en redes sociales?

FS -
 Teniendo ya una parte importante de la comunidad de productores, directores y músicos siguiendo mis redes -e interactuando regularmente con ellos-, soy bastante rebelde respecto a eso.

Las redes demandan más que nunca crear contenido de forma regular y constante. A mí ni siquiera me gusta la palabra "contenido" para lo que hago: siento que lo deshumaniza mucho. Cuando hacía un uso de redes fuerte, los likes y el engagement aumentaban pero no sucedía necesariamente lo mismo con el flujo de trabajo. Me di cuenta de que era mejor subir diseños de calidad según mis tiempos en vez de "trabajar" para Instagram. Lo que subo no llega a los 1000 likes, pero productores y directores lo ven y lo comparten en su comunidad, y eso es lo que más me sirve.

DV - ¿Qué reconocimientos recibiste?

FS -
 Hace unos años hubo una edición de los Critics Choice Awards donde seleccionaban fan art y lo mostraban en una pantalla gigante mientras los actores posaban delante. Ahí tuve un primer reconocimiento que me despertó y me hizo ver un futuro en el diseño, porque me invitaron a enviar mis diseños (que en ese momento eran ilustraciones) y los vi ahí, detrás de actores famosos en una alfombra roja. 

Después, el reconocimiento que siento como el más increíble para mi trabajo es ver mis trabajos en cines y carteles por todo el mundo. Viajar cuesta muchísimo y no puedo hacerlo para nada como quisiera, pero me llena el alma saber que algo que salió de mí cruza las fronteras de cualquier forma. Cuando hice el diseño para Mainstream Sellout, vi fotos del diseño en envases de pochoclo en la noche de estreno. Esas cosas me "vuelan" la cabeza.

Etiquetas: Diseño Gráfico Experiencia laboral Ilustración y Comics

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