Akira Toriyama: la genkidama del arte

Un legado conmovedor


Por Emilio Gola

Si alguien pusiera en duda el poder del arte -y específicamente el de un cómic-, bastaría con nombrar a Akira Toriyama para arrasar con cualquiera de esas desconfianzas.

Fallecido a sus 68 años, el autor de Dragon Ball y Dr. Slump (y otras historietas que moldearon y continuaron este estilo) demostró una sensibilidad especial para unir a la sociedad a través de la historieta, la animación y los videojuegos.

Distintas generaciones supieron lo que era un Kame Hame Ha y una Genki-dama, pero más aún supieron identificarse con personajes de lo más expresivos y esperanzadores. Son Gokū y sus amigos podían morir una y otra vez, y hasta los planetas podían explotar, pero siempre había alguna forma de escapar esa violencia para reencontrarse con la armonía. Y esa forma hallaba lugar en esferas de dragón, poderes brillantes (en sentido tan metafórico como literal), pasajes de erotismo, nubes voladoras y diálogos de aliento constante.

Punto fundamental de su éxito fue una narrativa que no se tomaba demasiado en serio a sí misma... hasta que llegaba el momento de hablar en serio. No es que no lo hubiera hecho antes: Dr. Slump también tenía esa marca. Pero en Dragon Ball alcanzó otro tipo de sentido.

Acompañado por la música justa y batallas épicas que parecían no tener fin (el famoso bien vs. mal), la serie animada se introdujo en la cultura popular como ninguna otra. Occidente recibió a los héroes Z como personajes mitológicos. Hoy día, decir Gokū es entregar de inmediato una referencia, una fuerza y un valor moral que hasta rivaliza con Superman, Batman y otros ídolos de la ficción.

Así como Homero, de Los Simpsons, podría considerarse un ícono de humor y reflejo social, Goku llegó a ser el gran amigo de la pantalla para niños, adolescentes y adultos. Es el que no falla, él que sabe qué decir y hacer en los momentos adecuados. A través de su persona, Toriyama se volvió un autor realmente cercano.

Pero hay otro elemento clave: su creación renovó el manga y el animé de manera única. El aura de sus figuras, transformaciones y arcos narrativos fueron recuperados por decenas de mangas y animés que invadieron definitivamente el mundo. El exitoso One Piece es solo un ejemplo de ello. Su creador, Eiichirō Oda, reconoció la influencia de Dragon Ball para construir su historia.

Los diseños de videojuegos como Dragon Quest y Chrono Trigger también impactaron a la industria. Por supuesto, Dragon Ball tuvo muchos títulos en PC y consolas porque el trazo de su autor se adaptó perfectamente. Para sus jóvenes espectadores, pasar a ser protagonistas resultó la confirmación de que no había moda, sino un vínculo eterno.

De alguna forma, Toriyama salvó al universo. Goku fue (seguirá siendo) su embajador; y su obra, una Genki-dama para cualquiera que levante sus manos con fe.

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