Da Vinci y la experiencia del usuario
Por Emilio Gola
La historia siempre tiene precursores de tiempos en los que parecía no haber herramientas para serlo, o visionarios de elementos que no pudieron ser creados en el momento pero sí años después. Leonardo Da Vinci es uno de ellos, puesto que, sin internet ni implementaciones similares, fue el primer diseñador de UX (experiencia del usuario).
¿Cómo sería esto? Hay varios factores, todos delineados por el artículo de Flavio Lamenza en el portal Medium. Una de las relaciones se basa en las (tan reconocidas) habilidades de diseño visual. Práctica, atención al detalle -y más práctica- hicieron de Leonardo un experto en bocetar y experimentar.
A partir de aquí, la cuestión profundiza en considerar a Da Vinci como un diseñador generalista de experiencia del usuario: la explicación se centra en que sus pinturas y dibujos se combinaban con su curiosidad para crear nuevas cosas que, además, podían implementar nuevos materiales.
Una idea flotaba hacia la otra, mientras el artista incorporaba un set de habilidades que iban desde la ingeniería hasta la química y la mecánica. Quizá, los reclutadores actuales querrían rechazarlo por no poder centrarse en elementos tales como los lenguajes de programación. Pero Da Vinci se defendería con su versatilidad para entender y trabajar distintos puntos.
Más aún: el renacentista tenía sus pinturas siempre "preparadas" para el "usuario". Todo tenía que tener los mismos pigmentos, texturas y colores. Por lo tanto, es posible afirmar que su dedicación estaba destinada a la experiencia de los demás, una que podía renovar y hasta superar cada día. Pintar y dibujar en distintos momentos del día, buscar la expresividad en determinados rasgos e investigar de forma constante estaba dirigido no solo a su disfrute, sino también a del que viera sus resultados (un ejemplo de ello es su tardanza para entregar el cuadro La última cena, ya que buscó hasta encontrar el rostro perfecto para Judas).
Otra clave, aunque igualmente atada a sus investigaciones, es la pregunta "¿por qué?". A partir de este interrogante, Leonardo se interesaba por conocer todo lo que pudiera acerca de un objeto, animal o humano, principalmente en cuestiones de anatomía. Si bien en la actualidad hay muchos recursos para conocer algo de antemano, siempre conviene recabar datos con el fin de diseñar y resolver los problemas que surjan. De esta forma, Da Vinci conjuga valores aplicados al análisis de sistemas y la producción web.
Pero también es importante comunicar estos datos. Y eso es algo que el artista bien sabía hasta el punto de transformarse en una especie de consejero o filósofo. En resumen, el know-how de comunicar las ideas es fundamental en la actualidad, y Da Vinci fue pionero en ello, logrando que la gente esperara sus creaciones con ansia (de nuevo, UX).
Finalmente, su rapidez para bocetar edificios, rostros y paisajes, entre otras cosas, le otorgan un plus a lo que, en lo contemporáneo, sería su capacidad de prototipar.
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