Stan Lee, el superhéroe de la palabra

Por Emilio Gola

¿Quién no conoce al amigable vecino Spider-Man? ¿Cuántos se maravillaron con los superpoderes de Los Cuatro Fantásticos o la fuerza de Hulk? ¿Qué espectador no se interesó por el origen de Daredevil a partir de su revival en Netflix? Todos esos personajes perdieron una parte este lunes 12 de noviembre, la misma que los creó tanto para salvar a la humanidad como para brindar reflexiones acerca de lo que pueden, o no, ser los superhéroes: en Los Angeles, Estados Unidos, Stan Lee falleció a los 95 años.

El hombre que llevó a Marvel Cómics a su expansión multimedia y reconocimiento internacional nació en Manhattan el 28 de diciembre de 1922. Su verdadero nombre era Stanley Martin Lieber. Gracias a su tío, comenzó a trabajar como guionista en la editorial Marvel cuando se la conocía como Timely Comics, a finales de los 40.

A pesar de no tener idea de cómics, un tiempo sin éxitos destacados y un paso como soldado por la Segunda Guerra Mundial, rápidamente se convirtió en editor. Ya en los 60 -y por consejo de su esposa- dejó volar su imaginación para dar origen a historietas que devinieron en referentes de la cultura pop. Aún hoy, sus sagas siguen vigentes tanto en el papel como en TV y cine. X-Men, Thor, Pantera Negra, Doctor Strange son nombres que lo identifican.

El escritor encontró la revitalización de los héroes en claves como la humanización, los puntos débiles y un lenguaje grandilocuente ("un gran poder conlleva una gran responsabilidad", por ejemplo). También en el "método Marvel", uno tan efectivo como polémico y que fuera criticado por varios colegas: Lee enviaba una sinopsis a los dibujantes que luego volvía para que completara los diálogos según las ilustraciones. De este modo, aún permanece en el misterio la cuota de creatividad de cada artista.

Otra de sus curiosidades fue el uso de la misma letra inicial para nombre y apellido (Peter Parker, Loki Laufeyson, Matt Murdock o Stephen Strange, entre muchos otros).

Con el paso del tiempo, Lee se asentó como el símbolo ambulante de Marvel y la frase "Stan Lee presenta" se fijó en cada cómic de la editorial. Además, se permitió ingresar al estilo manga con Heroman y el guion de la serie Ultimo.

Cuando Marvel decidió llevar sus personajes a la gran pantalla (empezando con Hulk, en 2003), Lee se unió como productor ejecutivo y permaneció en ese puesto para el resto de las películas, las cuales construyeron el Universo Cinematográfico de Marvel a partir del estreno de Iron-Man (2008). En la mayoría, realizó cameos que lo muestran en situaciones divertidas o irónicas. "¿Qué les pasa? ¿Nunca vieron una nave espacial?", grita a los alumnos desde su rol de conductor de micro escolar en Avengers: Inifinity War (2018), una de sus últimas apariciones.

Lee quería convertirse en novelista, pero encontró su vocación en el universo del cómic, aplicando sus problemas personales (una infancia y adolescencia sin rumbo cierto) y sus ideas más salvajes. Como no podía ser de otra forma, en 2015 lanzó su autobiografía en viñetas. "Si me jubilara, solo querría escribir”, afirmó a más de 50 años de su inicio como historietista. No cumplió del todo ese deseo, pero su huella, como la telaraña de Spider-Man, alcanza y sobra.

Etiquetas: Artículos Ilustración y Comics

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